Se habla mucho últimamente de cambio climático y de los efectos nocivos que la actividad humana tiene en el entorno. Es responsabilidad de todos, ser protagonistas activos de una transformación que permita revertir la presente situación medioambiental. Tenemos que pensar en qué mundo queremos dejar a las futuras generaciones.
El ritmo de vida actual hace muy difícil ser 100% sostenible. Pero es evidente que, cada paso que hacemos nos acerca más a la sostenibilidad.
En el ámbito doméstico, tomamos medidas como: clasificar los residuos, utilizamos más el transporte público o llevamos nuestras propias bolsas para la compra y así, reducir el plástico. Este aspecto, y en relación con nuestro sector, nos gustaría reivindicar la noble profesión de carnicero y/o charcutero que, demasiado a menudo, se ve sustituido por un lineal donde 80 g de jamón vienen acompañados del mismo gramaje de plástico.
A escala industrial, por cuestión de volumen, el impacto en el medio ambiente es más significativo y, a veces, es donde resulta más difícil tomar decisiones disruptivas. A menudo, el camino hacia la sostenibilidad pasa por cambios drásticos en nuestros hábitos y esto no siempre es fácil de asumir. Hasta ahora los modelos de negocio de las industrias no tenían en cuenta el medio ambiente a pesar de que la integración de este elemento es vital para la supervivencia y bienestar del entorno. Llevar a cabo importantes inversiones en sistemas y maquinaria, que no implicarán mayor productividad, es una decisión tan necesaria como complicada.
En Sant Dalmai S.A.U. tenemos una visión a medio y largo plazo, por este motivo la cuestión de sostenibilidad medioambiental está en el centro de todas las decisiones estratégicas. En este sentido, estamos trabajando para reducir nuestra huella ecológica, aprovechando los cambios y renovaciones de maquinaria y sistemas para hacerlos más eficientes.
Los principales objetivos alcanzados los últimos 4 años son:
Reducción del consumo total de agua en un 53%:
El nuevo sistema de cocción implantado el último trimestre de 2018 y que ha supuesto una inversión total de más de 2,5 millones de euros, nos permite reutilizar el agua en la cocción y refrigeración de los productos.
Reducción del 26% de consumo de combustible:
Debido a la reducción del consumo de agua caliente en nuestros procesos de cocción, hemos reducido considerablemente el gasto en combustible.
Mejoras en el funcionamiento de la depuradora:
Gracias a la evolución y aparición de nuevas tecnologías en la depuración de aguas, durante los últimos 2 años, hemos realizado una serie de inversiones que nos permiten depurar las aguas con una tecnología más actualizada y eficiente. También nos ha permitido reducir el tiempo de funcionamiento y que, al mismo tiempo, tiene un impacto directo sobre el consumo energético y de los aditivos necesarios para depurar el agua.
El 100% de la energía eléctrica utilizada es verde:
En el momento de escoger el suministrador de energía eléctrica, la condición sine qua non fue que la energía que se nos suministrara proviniera de fuentes renovables.
Inversión en energía fotovoltaica:
Por otro lado, y entendiendo que el futuro de la electricidad en las industrias pasará también por el aprovechamiento de las fuentes naturales de energía. Hemos inaugurado, por primera vez, una instalación de energía solar propia de 40 kW de potencia. Esta energía supone una pequeña aportación al consumo global de la empresa pero es un paso más hacia la sostenibilidad.
La ubicación privilegiada de nuestra fábrica nos permite apreciar el entorno que tenemos y ser conscientes que es imprescindible cuidarlo para preservarlo. Es por eso que, año tras año, destinamos más esfuerzos y recursos para ser cada día más eficientes y sostenibles. Es un largo camino, pero solo paso a paso lo conseguiremos.
Seguimos situando el foco en dejar un mundo mejor a las futuras generaciones que nos sucederán.
